Publicado em 03/06/2022 - 08:23 / Clipado em 06/06/2022 - 08:23
Covid-19 y aumento de casos – 03/06/2022 – Sou Ciência / Brasil
Estamos viviendo un nuevo aumento en el número de casos de covid-19 y surgen varias dudas: ¿Debemos dar la voz de alarma y volver al aislamiento? ¿Deberíamos estar aún más preocupados por el aumento de muertes? ¿Estamos entrando en una cuarta ola? ¿Cuándo nos desharemos realmente de la pandemia?
Estas son preguntas importantes para las que no tenemos respuestas definitivas. Una posible respuesta parece estar muy lejos, ya que no tenemos una política clara para reconocer y combatir nuevas emergencias y reemergencias de salud. Como en diferentes momentos de la pandemia, que comenzó en 2020 y aún no ha terminado, las medidas se van tomando al azar por instituciones y municipios o por particulares. La responsabilidad del Estado brasileño ha sido totalmente transferida a quienes pueden o quieren actuar.
Mientras tanto, universidades y municipios de todo el país vuelven a recomendar el uso de mascarillas en lugares cerrados, una medida de prevención simple y eficaz, abandonada tempranamente. También se hizo orientación por parte del Supremo Tribunal Federal (STF) para las personas que circulan por el Tribunal ante el aumento de casos en el Distrito Federal. Ahora está claro lo que la ciencia y los científicos decían hace unos 2 meses: era demasiado pronto para relajar por completo el uso de mascarillas.
Por ello, una vez más, es necesario reafirmar que decisiones como estas deben estar basadas en evidencia científica y la investigación realizada en los últimos dos años nos ha enseñado muchas cosas. Sabemos que el SARS-CoV-2 tiene una alta capacidad de mutación y que ahora la variante Ômicron, aún más transmisible que la original, y que Gamma y Delta, encontraron la manera de crear subvariantes.
El virus se ha vuelto capaz de infectar a algunos animales, que pueden ser productores de nuevas variantes que vuelvan a infectar a los humanos, creando un círculo no virtuoso. De momento, tenemos la continuidad de la onda Ômicron, provocada por la subvariante BA.2. ¿Cuántas variantes más tendremos? Todavía no lo sabemos y todo indica que tendremos que convivir con el SARS-CoV-2 durante mucho tiempo.
Esto no significa que nos aislaremos o que volveremos a las condiciones graves de 2020 y parte de 2021, ya que la ciencia nos ha proporcionado vacunas, que son en gran parte responsables de la menor cantidad de casos graves y muertes. Sin embargo, tendremos que tener sistemas de vigilancia y gestión permanentes para cada escenario epidemiológico, y para eso es necesario continuar con la investigación, el SUS y las políticas públicas.
Por estas y otras razones, el ya viejo SARS-CoV-2 nos sigue interpelando con la vieja máxima socrática que acompaña la vida de los científicos: “Solo sé que no sé nada” y que nos lleva a reflexionar sobre nuestra ignorancia humana, pero también la importancia de buscar el conocimiento para salvarnos de la barbarie.
En Brasil teníamos muchos científicos trabajando, incluso en condiciones adversas y ante recortes presupuestarios. Se trata de estudios genómicos, epidemiológicos, sociológicos, tecnológicos, además de nuevas vacunas que deberían estar disponibles pronto, a medida que continúan las investigaciones. Estudiar el coronavirus para crear formas de control, este parece ser el camino más probable.
Por eso también será necesario garantizar la inversión en ciencia, garantizar que los científicos brasileños puedan trabajar y que nuestras universidades e institutos de investigación puedan seguir salvando vidas.
El tema incluso fue presentado en un seminario conjunto con la Brasil de S. Paulo y el Instituto Serrapilheira el 31 de mayo. El evento contó con la presencia de destacados investigadores: Fernanda de Negri (Ipea), Nelson Amaral (UFG) y Helena Nader (ABC) y se puede acceder en su totalidad aquí.
Ante los retos que estamos viviendo, la ciencia ha sido y seguirá siendo una herramienta fundamental. Las soluciones vienen de medidas simples pero efectivas. Además de las vacunas, es necesario mantener protocolos de higiene, el uso de mascarilla, además de reflexionar sobre una vida más saludable, con menor depredación de los ecosistemas y que posibilite la salud del medio ambiente, animal y humano, en una triada virtuosa. .
El SARS-CoV-2 nos hizo reflexionar sobre la vida, sobre la ciencia y sobre la posibilidad de un futuro diferente y más sostenible. No podemos borrar todas las lecciones, por dolorosas que sean y por mucho que deseemos no haberlas vivido nunca. En este sentido, la educación y la ciencia son transformadoras y, por ello, son y seguirán siendo emancipadoras. Nos toca a nosotros exigir condiciones y hacer que el conocimiento siga creciendo y transformando positivamente nuestra realidad.
Fuente: Uol
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